25/5/12

Y vivieron felices para siempre... ¿o no?

Bueno, quiero creer que si leen Cuentos de villanos es porque de cierta forma les gusta divertirse y también ver parodias de los cuentos. A mi en lo personal me encantan los cuentos, por eso soy fan de disney.
Y como soy tan fan, suelo hacer cosas que tienen que ver con cuentos, como por ejemplo este cuento que yo hice.
Realmente era de tarea para la clase de Etica, pero al final me gusto tanto como me quedo que queria compartirlo con ustedes. Ya tiene un tiempo, lo he subido en otros lados, pero no esta demas que al menos puedan leer otra cosa mia mientras subo los pendientes que tengo.
espero que les guste, y que les deje un mensaje, que despues de todo ese era el punto de la tarea.

Esta historia se basa en la pelicula de disney de blancanieves, cuenta lo que sucedió después del "Y vivieron felices por siempre" en un escenario mas bien fatalista donde todo sale mal.

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Y vivieron felices para siempre ¿o no?
H
ola, mi nombre es Blancanieves. Seguramente ya han escuchado hablar de mí, soy aquella chica tonta que mordió una manzana envenenada y vivía con siete enanitos ¿ya me recordaron? Si no lo han hecho seguramente vivieron en una cueva durante toda su vida. Pero no se preocupen, que a lo largo de este escrito, recordaran quien soy.
Mi historia a pesar de comenzar trágicamente termina de lo más linda. El príncipe llega y me da un beso y luego de que despierto me voy con él en su caballo blanco, el sueño de toda chica, tener un príncipe con un caballo blanco ¿Qué no podía ser negro? ¿Qué tal si a mí me gusta más el negro? Pero no, tenía que ser blanco, lo más común del mundo. Como sea, dejando de lado el color del caballo, cosa que a nadie le importa, decía que mi historia terminaba de lo más linda ¿verdad?

Pues NO. ¿Cómo se puede pensar que el momento en que una niña sube a un caballo blanco y cabalga hacia el horizonte es el final de una historia? Es ilógico pensar que hasta ahí termina, pero claro, con el clásico “y vivieron felices para siempre” se deja contento a todos.
Pero hoy yo vengo a contarles la verdad, el verdadero final, y déjenme decirles que no incluye exactamente la palabra feliz en él.
Después de que el príncipe Fernando me llevara a su reino, nos casamos inmediatamente, probablemente el primer error que cometí después de irme de la casa de los enanitos, ¿Cómo me pude casar tan joven? ¡Tenia catorce años! Para esa época tendría que haber estado aprendiendo a ponerme maquillaje y a hablar de chicos ¡no a ser una esposa! Pero que tu futuro esposo tenga una cara tan bella realmente te pone tontita, además de que al fin podría cumplir mi sueño de ser independiente de mi madrastra y casarme con un príncipe. Así que si, me casé.
Los primeros meses de nuestro matrimonio fueron bastante lindos, tengo que admitirlo, Fernando parecía decente y todo, además de que me daba muchos regalos. El problema llegó cuando hubo demasiada confianza entre nosotros, y el muy maldito dejó ver su verdadera cara ante mí.
Resulta que se había casado conmigo porque su madre, la reina, se rehusaba a seguir atendiendo a sus caprichos exagerados, y se consiguió una esposa para que lo hiciera todo por él. Así que al final terminé exactamente como había comenzado, como una criada a disposición de alguien más. ¡Y era tan asqueroso el condenado! En más de una ocasión desee volver a rogarle a mi madrastra para que me asesinara, con tal de no tener que limpiar sus calzoncillos sucios y su habitación, que siendo honesta, un chiquero estaba más limpio que aquello. Una vez limpiándola me perdí por tres días, donde me tuve que alimentar de lo que encontraba en el suelo, y cuando logré salir de aquel desastre, me recriminó que no le había dado de comer. Será maldito.
No duré mucho en aquellas condiciones, e intenté escapar más de una vez, pero él siempre se las manejaba para encontrarme, no importaba que me escondiera en el castillo de Cenicienta, o en la torre de Rapunzel, él siempre me encontraba.
La desesperación que sentía era enorme, mi decepción conmigo misma por haber sido tan tonta era gigantesca, pero no podía hacer nada más que lidiar con lo que me había ganado, porque por mi culpa estaba ahí, no era la culpa de nadie más que mía. Y no importa el problema que tengas, si tú te metiste en el, solo tu podrás salir. Con ésta convicción viví durante cuatro larguísimos años, durante los cuales empecé a hacer planes para poder escapar. El día de mí decimo octavo cumpleaños mis amigos animales y yo efectuamos el escape.
Me enorgullece decir que a pesar de que parecía una misión imposible, logré salir de aquel horrible lugar.
Al salir del castillo me encontré con que muchas cosas habían cambiado, principalmente a lo que tecnología se refería, había muchas cosas nuevas, máquinas donde metías tu ropa y se lavaba como por arte de magia, otras cosas llamadas licuadoras que molían tu comida con solo apretar un botón, cosas que solo hicieron que me molestara mucho con Fernando por no haberlas comprado con su fortuna para hacer mi vida más fácil en aquel castillo. Yo tenía que lavar a mano en el río y triturar las cosas con mis delicadas manos de princesa. ¡Ay pero que rabia!
Después de escapar los guardias comenzaron a perseguirme, y yo huí al bosque. Junto con mis amigos los animales encontré a los siete enanos y les conté mi situación. Ellos me ayudaron a ocultarme, dejándome quedar en su casa por segunda vez, esos son los verdaderos amigos, están ahí hasta cuando tu marido dictador manda a sus guardias para que te capturen.
Esa noche estuvo tranquila si hablamos del clima y de los guardias, porque por otra parte yo era una fiera. Estaba molesta, molesta con Fernando por abusador, molesta conmigo por ilusa, y molesta con mi madrastra por ser tan maldita. ¡Estaba molesta con todo y con todos! Así que no me pude quedar quieta, esa noche comencé a maquinar mi venganza, contra aquella madrastra que me quiso asesinar, contra el príncipe que me salvó de esa miseria para llevarme a otra. Quería venganza contra todos.
A la mañana siguiente ya tenía un plan estructurado para poder atacar, e inmediatamente en cuanto los enanitos se despertaron les conté de mi plan. Ellos para mi sorpresa me dieron la razón y dijeron que me ayudarían, y es que al parecer la reina estos años los había tenido atormentados a ellos y al resto del reino, ya que se había vuelto loca. Alguien tenía que detenerla, y ese alguien seria yo.
Estuvimos yo y los enanos entrenando por un año entero hasta que tuvimos la fuerza mental y física para poder enfrentarnos a la reina y a Fernando. En ese lapso hicimos muchos amigos, que se unieron a nosotros en nuestra batalla, al final del año ya teníamos un ejército preparado.
Hace un mes atacamos el castillo de mi madrastra, la derrotamos y encerramos en el calabozo, al final no tuve el corazón de matarla, y es que si me iba a manchar de sangre, seria con la sangre de aquel que hizo de mi vida una tortura más grande de lo que ya era. Mis manos solo se mancharían de la sangre de Fernando, ese al que alguna vez amé.
En un mes que hemos estado al mando del reino de mi madrastra las cosas se han movilizado y han mejorado mucho, los aldeanos están agradecidos con nosotros por haber detenido la tiranía de la reina, y al final varios de ellos se nos han unido para el último asalto al castillo del príncipe Fernando.
Esta noche iniciaremos el ataque, ahora mismo me encuentro en mi recámara en el castillo preparándome mentalmente para lo que hay por venir. Sé que al asesinar a ese hombre no seré mejor que él, de hecho, terminaré siendo una tirana aun peor. Pero esto es lo que soy ahora, una máquina de justicia a mano propia, y estoy tan motivada por la idea de venganza que no me detendré por nada del mundo.
No sé qué va a suceder esta noche, no sé si lograré salir con vida ya que escuché que hay muchos guardias protegiendo al príncipe, por eso he decidido escribir este relato, que más que un cuento es la realidad.
Mi afán no es hacer que dejen de creer en los finales felices, no quiero que crean que me gusta destrozar sueños e ilusiones. Pero pensé que esta historia tenía que ser sabida, porque así se sabrá el verdadero final de aquella que alguna vez fue la linda Blancanieves del bosque.
No decidas algo precipitadamente porque podrías terminar arrepentida, y si escoges una mala decisión acéptala, lidia con ella, porque al fin y al cabo fue por tu propia elección que has terminado donde éstas. Sobre todas las cosas, no olvides nunca en tu miseria a tus amigos, porque un buen amigo siempre va a estar ahí a tu lado, aun si quieres asesinar a alguien, aun si la venganza te ha corrompido y te has convertido en alguien más.
Blancanieves terminó de escribir en el papel y se levantó del escritorio, a su alrededor estaban aquellos siete enanos que siempre la habían apoyado y nunca se habían olvidado de ella.
― Estoy lista ― dijo la chica con su voz cantarina sonriendo.
Todos los enanos comenzaron a salir uno por uno, pero el último, tontín dejó pasar a la chica. Ella sonrió amablemente y pasó primero, lo que no se esperó fue que tontín tomara su brazo y la detuviera. Blancanieves se giró para encarar al enano que parecía que quería algo.
― No lo hagas ― suplicó el enano con una terrible cara de preocupación ― no quiero perderte otra vez.
Blancanieves miró sorprendida al enano, aquella cara que siempre estaba sonriente parecía muy afligida.
― Eres mi amiga, y si vas ahí no quiero pensar lo que te pueda pasar. ― agregó dormilón.
― Nos pasan en números ― comentó gruñón cruzándose de brazos.
― Hemos estado charlando y creemos que los motivos por los que haces esto no son los mejores ― dijo Doc.
― Queremos que la Blancanieves que conocimos y amamos vuelva ― habló estornudo.
Hubo un pequeño silencio en la habitación.
― No llores ― pidió Tontín de  pronto.
¿Llorar? ¿Quién estaba llorando? La chica se llevó la mano al rostro y tentó su mejilla, estaba húmeda, al parecer era ella la que lloraba, y ahora no podía detenerse. Se hincó para quedar a la altura de tontín y lo abrazó efusivamente.
― ¿En qué me he convertido? ― chilló la joven llorando desconsoladamente.
Sobre todo, nunca olvides, que los verdaderos amigos te detendrán, cuando vean que te estás desviando por el camino equivocado. Porque un amigo no es solo el que te apoya y escucha, si no el que también te hace ver tus errores.


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